Dini y la Discriminación

Cuando uno es niño siempre se queja por que no puede hacer las cosas que hacen los grandes, y de grandes, con nostalgia, hablamos de lo que los niños pueden hacer ahora y que nosotros no pudimos, sobretodo con los adelantos tecnológicos y de ingeniería (sobretodo en parques).

Ahora me emberraca saber que hay cosas que hacen los niños que yo no puedo hacer, y este momento (porque de 15 minutos no va a pasar) de piedra surgió por una simple detalle; la respuesta era de esperarse pero eso no quita que me molesta la situación.

A la tierna edad de 10 años, encontrábame yo jugando con mi primo de 8 cunado mi tio llegó a la casa con una edición de la Revista Dini, en aquella época con un formato que más pareciá volante promocional. Mi tio, ahorrador en el Banco Superior, aliado con la internacional Diners, (no me acuardo si en esos años el banco se llamaba así), había suscrito a su hijo a la original publicación para niños, lo que yo no sabía es que le había regalado una suscripción más, y el beneficiado era yo.

La revista nunca ha sido buena, pero siempre la leí, es más siempre leo todo lo que llega a mis manos hasta el último punto. Como a los 16 años envíe una carta para que me dejaran de enviar la revista dado que yo ya no hacía parte del público objetivo de la revista; lo mismo hice como a los 19 años. No he recibido la primera respuesta y la revista siempre está en mi casa cada mes irremediablemente, y con el mismo error en mi segundo apellido como ha estado desde la primera vez que llegó.

Como ya les dije, yo leo todo, y por ende, también (aún hoy) leo la Dini, y ya me resigné a que me seguirá llegando por un buen largo tiempo, de todas formas después de leerla, (en 10 minutos sale) se la regalo a la vecina que tiene una hija de 2 años. No sé si mi tio todavía tiene cuenta en el Banco Superior, creo que no, a mi primo ya le dejó de llegar, pero como mi suscripción fue regalada, y nunca se pagó nada, no se han dado cuenta de que después de 14 años me la siguen enviando.

Tiene cosas interesantes, algunos artículos de películas y los de juegos de video, los cuales leo con nostalgia (me quedé en el Playstation 1). De todas formas, eso no es lo que me molestó, como ya les dije me resigné, aunque cada mes me diga, tengo que enviar otra carta o un correo electrónico. La revista tiene la costumbre de enviar unos bonos de descuento en ciertos establecimientos, en el mes del cumpleaños del suscriptor. Este mes (ya casi cumplo 24 años), además de los bonos típicos de 10% en la piñata en Kokoriko (como deben saber, la familia Robayo, los dueños de Kokoriko, son los dueños del Banco Superior, por eso uno puede pagar la tarjeta de crédito en Kokoriko), entrada a salas en el museo de los niños, etc. hubo tres que particularmente me interesaron: Un tarro de Nucita en polvo, con un paquete de 12 Nucitas, para reclamar en uno de los establecimeintos de Colombina (me encantan los nucita); Entrada 2x1 a las salas de exposiciones de Maloka (nunca he ido a Maloka, que mal bogotano soy); y una visita guiada en el Jardín Botánico, para el "cumpleañero" y 9 amigos (no he ido desde el colegio y me dicen que lo han arreglado muy bien.

En fin, me interesan las tres cosas. Ahora el empute no es porque me las hayan negado, porque no he ido a ninguno de los sitios a preguntar; en los todos los bonos dice "Alican restricciones" y seguramente una de ellas es la edad. Si llego a uno de esos sitios diciendo que vengo a reclamar eso no me creeran que soy suscriptor de Dini, además no encuentro mi carnet que lo demuesta (yo sé que no lo he botado, por ahí debe andar), y sin eso pailas.

Al final de cuentas no puedo hacer las gestiones para reclamar mis regalos, que por cierto me los merezco por mi lealtad con la publicación, por la falta de carnet. Pero eso si, Revista Semana, Cambio o la misma SoHo, debería pensar en este tipo de regalitos para sus fieles suscriptores.