jueves, julio 10, 2008

Tan Cerca y Tan Lejos

Estos días he estado reactivando las relaciones con mi ventana. La vista es excelente, alcanzo a ver el punto donde la modernidad su funde con la naturaleza, donde la tierra se une con el cielo, donde la oscuridad se profundiza gracias a la luz, pero al mismo tiempo, me hace sentir vulnerable.

El sentirme expuesto hizo que cerrara las cortinas, y dejará de observar el paisaje y así tener la tranquilidad de no ser observado. Pero en los pocos días de ocio que tuve, me dio por mover esos velos y darme la posibilidad de observar… y disfrutar.

Me recosté en el piso, y me di la oportunidad de ver el cielo… Ver como se oscurece en el oriente cuando el sol esta por ocultarse a mis espaldas, y allí apareció. Pequeña y solitaria. Una pequeña estrella alcanzó a robar mi atención.

Se esconde entre la penumbra del cielo de una ciudad luminosa., pero a veces destella, y fuerte. Curioso que haya aparecido ayer. Aunque se que siempre ha estado ahí, ayer fue que llego a mi. Se acercó a mí, y me dio la oportunidad de imaginar. De buscar respuestas del porqué se enciende y apaga a su antojo.

Me hizo imaginar que es alguien que me acompaña, que puedo sentir, pero que aún es inalcanzable. Llego, se acercó, pero aún no puedo tocarla. La distancia sigue siendo muy grande, pero más cerca está, ahora se que puedo llegar a ella, simplemente porque se que ahí está.

Preciso sale en el oriente, para orientar mi imaginación, de algo debe servir la etimología. No sé si seguirla sea el camino que estoy destinado a seguir, solo sé que es el que quiero seguir. Acostarme cada vez que pueda y observar y soñar que puedo llegar a ella. Y tal vez lo logre, tal vez pueda desdoblar mi alma para dejar que esa luz enceguezca mis ojos mientras me acerco.

Solo espero que pueda aprovechar el momento de su estancia en mi horizonte para disfrutar de ella, y tal vez encuentre el camino para seguirla y alcanzarla permanentemente, solo debo romper algunos esquemas y posiblemente lo logre.

Por ahora, sigo acá, en mi cuarto, el mismo que esa estrella ya iluminó, y aún se siente su resplandor. Y seguiré imaginando que cada vez que brilla más fuerte es porque está pensando en mí.

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